viernes, 24 de abril de 2015

PREGUNTA NAUKAS 2015. IÑAKI ÚCAR.


En este caso, la responde IÑAKI ÚCAR.
Vosotros os preguntareis... ¿Quien es él? Pues Iñaki es titulado superior en Ingeniería de Telecomunicación con Máster en comunicaciones, especializado en Servicios de Internet, por la Universidad Pública de Navarra.



¿Qué avance o descubrimiento de la ciencia moderna ha hecho progresar más a la Humanidad?
Tengo ahora mismo esa sensación que sobreviene cuando empiezas a leer un examen y ves La Pregunta; sonríes muy fuerte, pero muy disimuladamente, porque tampoco quieres que alguien te vea y crea que te has quedado gilipollas de repente, y piensas: «Esta me la sé». Que no es que de las demás no tengas ni idea —o no necesariamente—, no. Es más bien un «me la sé» de «en esta lo peto» o «he nacido para contestar a esto». Bueno, ya me entendéis, así que vamos al meollo.
Los humanos somos, ante todo, monos sociales. Desde que nos bajamos de los árboles y empezamos a recorrer largas distancias para buscar nuevos recursos con los que subsistir, nuestro encéfalo se ha desarrollado principalmente para entender al que tenemos delante, para colaborar con él. Todo nuestro mundo y nuestros progresos se sustentan en esta capacidad de colaboración y de compartir conocimientos. Hemos evolucionado muy rápidamente hacia monos tecnológicos, de manera que dependemos profundamente de todo el constructo cultural (y con cultura me refiero, sobre todo, a la ciencia y la tecnología) que hemos generado.
Esta visión creo que admite poca discusión y, por tanto, hasta aquí estaremos todos bastante de acuerdo. Probablemente también estaremos de acuerdo en que el tremendo auge de la ciencia y la tecnología en el último siglo y medio, auge que nos ha posibilitado alcanzar niveles de vida y bienestar sin precedentes, ha sido propiciado fundamentalmente por —y ha seguido un camino paralelo a— nuestra creciente capacidad para procesar y comunicar información. Estamos hablando, por supuesto, de los computadores y las redes de comunicaciones. Estamos hablando, como no podría ser de otra manera, de Internet.
Podría escribir un ensayo entero tan solo enumerando todos los aspectos en los que Internet y los ordenadores han revolucionado para mejor nuestra vida, desde los aspectos más pequeños de lo cotidiano hasta la ciencia misma, cómo se hace, se transmite, comparte y se colabora. Pero todavía no hemos llegado a responder a la pregunta que nos planteamos inicilamente, puesto que «Internet» o «los ordenadores» no son entes que podamos etiquetar como avance o descubrimiento, sino que comprenden un gran número de ellos. Así que, si habéis seguido mi razonamiento hasta aquí, la pregunta que procede a continuación es la siguiente: ¿cuál es el avance o descubrimiento que ha posibilitado fundamentalmente la llamada Era de la Información? Para mí, la respuesta es muy sencilla: el transistor.
Sí, amigos, y no me refiero a la radio… sino a este transistor, inventado en 1947 —y Premio Nobel de Física en 1956— por John Bardeen, Walter Houser Brattain y William Bradford Shockley en los Laboratorios Bell. Antes de 1947, nuestras comunicaciones y capacidad de cómputo eran extraordinariamente rudimentarias. Hoy, en cambio, poco más de medio siglo después, tenemos millones de ellos encapsulados en el salón, en la cocina, en el trabajo, en Marte, en nuestro bolsillo… Este pequeño artefacto, que en realidad no es más que un puto interruptor, ha propiciado un cambio en nuestro mundo quizás solo comparable, precisamente, a aquel instante evolutivo en el que decidimos bajarnos de los árboles y erguirnos sobre nuestras piernas.